Libro de la Sabiduría de Salomón

Libro de la Sabiduría de Salomón

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Libro de la Sabiduría
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Página iluminada de una antigua biblia italiana.
Libros sapienciales
Cantar de los CantaresLibro de la SabiduríaEclesiástico
El Libro de la Sabiduría, o Sabiduría de Salomón, es un libro bíblico del Antiguo Testamento.Esta incluido en el Tanaj judío hebreo-arameo, las distintas facciones y expresiones del Cristianismo Histórico lo incluyen en sus Biblias entre los llamados deuterocanónicos, en tanto que los grupos protestantes,[1] y otros grupos cristianos con ideas diferentes de los antes citados,[2] lo excluyen de sus Biblias, así como a los otros deuterocanónicos, a los cuáles dieron en dar por "apócrifos". En las Biblias Católicas aparece después del Cantar de los Cantares, y antes del Eclesiástico, dentro de la sección de los llamados "Libros Sapienciales".[3]

Contenido

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[editar] Datos generales

[editar] Autor

Debido a una antigua tradición piadosa, durante muchos Siglos, el llamado Cantar de los Cantares, así como los Libros de los Proverbios, del Eclesiastés, de la Sabiduría, y otros Libros de Salmos y de Odas, fueron atribuidos a la autoría de Salomón, personaje a quien cita la Biblia como hijo y sucesor del rey David,[4] dotado de una gran sabiduría,[5] así como de una gran habilidad para las relaciones diplomáticas,[6] constructor del primer gran templo de Yahvé en Jerusalén,[7] y también como el último rey en común de todas las tribus israelitas.[8] Sin embargo, en el caso de todas estas obras, los estudiosos bíblicos ya han determinado que esta atribución, casi seguramente, no es ninguna otra cosa sino un artificio literario, destinado a exaltar, por una parte, la gran inteligencia legendaria del mencionado rey, y, por otra, a tratar de aumentar la autoridad de los escritos, al atribuirlos a un autor conocido, ilustre en razón de su realeza, y, por añadidura, notable y destacado en el campo del conocimiento.
El autor de este libro ha sido un convencido israelita piadoso, profundo conocedor de los textos sagrados, la historia y las costumbres propios de su pueblo.[9] Reproduce de forma muy fiel y minuciosa los usos y costumbres propios de la liturgia de los cultos paganos de la cultura egipcia, a los cuáles reprueba y considera no actos religiosos, sino tan sólo prácticas idolátricas supersticiosas.[10]
Está versado en la cultura alejandrina, y parece ser, por consiguiente, un israelita de la Diáspora, avecindado o residente en Alejandría.[9] Y, como tal, escribe en una lengua griega muy fluida, provista de algún cierto grado de elegancia.[11]

[editar] Fecha de composición

De lo anterior se desprende que, si el autor era alejandrino, la fecha del manuscrito no puede remontarse a ninguna fecha anterior a la fundación de la ciudad por el conquistador Alejandro Magno, en 330 a. C. Desde allí en adelante, la fecha exacta permanece sumida en el misterio, y no hay evidencia de que haya existido algún original hebreo o arameo que pudiese brindarnos mayores precisiones, sino tan solamente el texto griego.
Los estudiosos han determinado que el libro fue escrito en pleno período helenístico, principalmente por la armonía que el autor evidencia entre la espiritualidad judía y la mentalidad griega. Aunque el autor del Libro de la Sabiduría da muestras fehacientes de no haber asimilado de manera alguna profunda o substancial algún tipo de doctrina filosófica griega, sí se lo observa, en cambio, utilizar en numerosas ocasiones términos habituales entre los estoicos y platónicos.
El autor de este libro utilizó como fuentes para sus convicciones los textos de la Biblia griega de los LXX. Y, si bien no lo afirma de una manera expresa, parece sugerir en algunos pasajes que los alejandrinos se encontraban —en el momento en que él escribe— llevando a cabo alguna forma de campaña de discriminación contra los israelitas. De forma tal que no sugiere una acción de genocidio, o de limpieza étnica, sino más bien algunas expresiones sutiles de animadversión o de desprecio, que pudieron haber estado en boga durante aquellos tiempos.
Problemas de este tipo en la Alejandría helénica, realmente comenzaron durante el reinado de Tolomeo VIII. Y algunos historiadores manifiestan que pudieron haberse prolongado hasta los reinados de Tolomeo XII, o de Cleopatra VII. Si aceptamos esto, el libro fue compuesto en algún momento de los 140 años que van del año 170 a. C. al año 30 a. C. Exégetas católicos calculan que el período más probable para fechar el Libro de la Sabiduría se extiende entre los años 80 y 50 a. C.
Sabiduría fue añadido al Antiguo Testamento por las comunidades de israelitas piadosos de Alejandría, llegando, de esta forma, a convertirse en el más reciente y último de los libros canónicos de la Biblia Septuaginta, misma que representa la base y fundamento para el Antiguo Testamento de las Biblias usadas por la inmensa mayoría de las Iglesias Cristianas Históricas.

[editar] Canonicidad

Forma parte integrante del Canon Amplio Oriental y Occidental, sustento de las Biblias propias de las iglesias cristianas ortodoxas, las iglesias cristianas orientales, y también de la iglesia católica latina occidental. Ésta última lo incluye entre los textos comúnmente tenidos por "deuterocanónicos", o sea, de la "Segunda Colección".
Al no existir algún original hebreo o arameo conocido de este libro, y por el hecho mismo de hallarse solamente en la Biblia griega, los judíos rabínicos, así como los grupos protestantes,[1] y otros grupos cristianos con ideas diferentes de los antes citados,[2] por defecto dieron en dar por "apócrifo" éste, así como los otros deuterocanónicos, aunque algunas de ellas lo ven como lectura provechosa, y algunas importantes Biblias protestantes, tales como la Biblia de Lutero, la Biblia de Jacobo VI de Escocia y I de Inglaterra (la famosa King James Version inglesa), de 1611, así como las Biblias de Casiodoro de Reina, de 1569, y de Cipriano de Valera, de 1602, recientemente reeditadas bajo el título de 'La Biblia del Siglo de Oro', incluyen este libro, así como los otros deuterocanónicos.
En esta situación de interdicción se encuentran otros libros y escritos de la Biblia, tales como Tobit, Judit, el Resto de Ester, Baruc, la Epístola de Jeremías, la Historia de Susana, la Historia de Bel y el Dragón, la Oración de Azarías y el Himno de los 3 Jóvenes del Libro de Daniel, Eclesiástico, y I y II Macabeos. (Las Iglesias Cristianas Ortodoxas y Orientales, además de estos libros, incluyen el Salmo 151, la Oración de Manasés, y los Libros III —y a veces IV— de Esdras, y III —y a veces IV— de los Macabeos, así como también ciertos Epígrafes y Epílogos a algunos de los libros comúnmente aceptados.)
Las Iglesias Cristianas Ortodoxas, Cristianas Orientales, y Católica Romana, reconocen al menos algunos de estos libros, como textos sagrados divinamente inspirados, y los han incluido en todas sus versiones de la Biblia, de manera oficial, al menos desde el Sínodo de Roma, en el año 380 d. C., siendo ratificada su reivindicación durante los trabajos del Concilio de Trento, en plena efervescencia de las impugnaciones esgrimidas contra ellos por Martín Lutero, y por sus seguidores.

[editar] Contenido

El libro se dirige a los hermanos de raza de su autor, judíos e israelitas avecindados en Alejandría, para alertarlos de la devastación y la ruina moral a los que se verían reducidos en caso de dejarse seducir por los cultos paganos, o por el ateísmo o la falta de piedad hacia el Dios de sus padres. El objetivo último de Sabiduría es, pues, llevar a los compatriotas del redactor de nuevo al redil de la verdadera religión.
En tiempos alejandrinos, los judíos e israelitas piadosos solían enfrentarse, de manera continua, a la gran seducción del paganismo griego, y de su relajada conducta moral, su estilo de vida hedonista, y sus maneras amplias y libres de pensar. El autor del libro considera aberrante todo esto sin ambages, y constantemente lanza mordaces invectivas contra los griegos y su forma de vida. Trata de crear polémica y de convertir prosélitos para su causa, sin desdeñar siquiera a los griegos que quieran convertirse. Si puede conseguir simpatizantes entre los impíos y convertirlos al culto de Yahvéh, Dios de los israelitas, pues considerará que su tarea se cumple de esta forma.
El Libro de Sabiduría es único en el Antiguo Testamento por la profundidad y amplitud de su exposición doctrinal: puede considerárselo un libro pleno de esperanza y de fe, así como el epítome, culmen y conclusión de todo el pensamiento religioso israelita justamente anterior a Jesucristo.
La exposición de índole doctrinaria de Sabiduría se centra en tres temas principales:

[editar] Destino del ser humano

Sabiduría es simple y directo a este respecto. A la pregunta de cuál es el sentido de la vida responde: buscar la obra y la voluntad de Dios en las cosas terrenas. Esto es: alcanzar el conocimiento de Dios, rendirle culto y ofrecerle los servicios adecuados. Quien cumple todo esto no es otra cosa que un hombre justo, hijo, amigo y amante de la divinidad, mientras que quien se aparta de la doctrina es pecador e impío y se encamina a la perdición. El justo, por el contrario, es incorruptible e inmortal (Sab. 2:23).
Este libro perfecciona, en cierto modo, la doctrina de Daniel y II Macabeos. En ellos Dios esbozaba por primera vez la promesa de premios y castigos en la vida ultraterrena, primera concepción intelectual del más allá que antes no existía para la mentalidad judía. Esta prefiguración de la eternidad cristiana se encuentra descrita en Sb 3, 1-6.

[editar] Dios

El Dios de Sabiduría es, a grandes rasgos, el mismo de todo el resto del Antiguo Testamento. La particularidad de este libro es que expone por primera vez la prueba de la existencia del Creador mediante el método de la analogía: la existencia de Dios puede deducirse fácilmente de la existencia del mundo y de la contemplación de la naturaleza. Si existen estos y han sido creados, es porque existe un Creador que los ha hecho. Este sencillo y elegante concepto es la base de la demostración que de Dios hace San Pablo en una de sus epístolas (Romanos 1:19-20). La definición moderna de Dios (omnisciente, omnipotente, ubicuo y eterno, creador de todo y que todo lo ve) proviene también de Sabiduría. Es tan perfecto que tiende al bien de todos, y no solo de los hebreos como mostraban algunos libros más antiguos. Sabiduría demuestra que Dios es el Dios de todo ser humano.

[editar] Sabiduría

Por sabiduría (en hebreo hokmah) se entiende un hábito intelectivo que permite vivir moralmente dentro de un grupo.[12]
Dado que se trata de un saber práctico moral (cuál es el bien moral a realizar para alcanzar la felicidad o el éxito) presupone los conocimientos y elementos de juicio que se requieren para tomar una decisión acertada. Más que de inducción o de estudio, la sabiduría se adquiere por la contemplación de la realidad que permite descubrir máximas de vida.
El libro de Sabiduría entiende este concepto como sinónimo de "Espíritu", "Palabra" y, a menudo, simplemente de "persona", porque todo ser humano tiene un fragmento de Dios mismo oculto en su interior, y de él dimana todo conocimiento y sabiduría.
Varios de estos conceptos son retomados luego por el apóstol Pablo (Colosenses 1:15; Romanos 1:19-20 y Hebreos 1:3), así como el Evangelio de Juan 1:1-14.
La Sabiduría es un libro de consuelo y esperanza eterna, que preanuncia el Evangelio como el Eclesiastés expresaba los anhelos del judaísmo. Intenta enseñar la existencia del Dios eterno y ser heraldo de la justicia y moral que constituye el norte y el motivo de ser de toda la teología judeocristiana.

[editar] Notas

  1. a b La expresión protestantes incluye a las iglesias protestantes históricas, angloepiscopalianas, evangélicas, sabáticas bautistas y adventistas, pentecostales, neopentecostales, etc.
  2. a b Citamos, como ejemplos, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (comúnmente llamada la Iglesia “de Mormón”, o la Iglesia “Mormona”), o la Federación de Familias por la Paz y la Unificación Mundial (comúnmente llamada la Iglesia de la Unificación, o la Iglesia “de Moon”), o el grupo religioso La Familia (comúnmente llamado los “Niños de Dios”), así como la Sociedad Bíblica y Tratadística de la Torre Vigía (comúnmente llamada “Testigos de Jehová”).
  3. Este orden se sigue en la Biblia Vulgata Latina, así como la Biblia Sinodal Rusa, en la Biblia del Oso, de Casiodoro de Reina, de 1569, y muchas de las Biblias, versiones y ediciones católicas actuales. (Cfr.)
  4. (Cfr. I Reyes 2:12.)
  5. (Cfr. I Reyes 4:29-34.)
  6. (Cfr. I Reyes 10:1-10.)
  7. (Cfr. I Reyes 8:20.)
  8. (Cfr. I Reyes 11:42.)
  9. a b Escuela Bíblica de Jerusalén, Biblia de Jerusalén, Introducción al Libro de la Sabiduría.
  10. (Cfr. Sabiduría 13:10-19, 14:1.31.)
  11. (Cfr. el texto griego del Antiguo Testamento, comúnmente llamado Biblia de los LXX.)
  12. Cazelles al analizar también algunos escritos de culturas cercanas a la judía ofrece la siguiente definición: “la sabiduría es una disposición de orden intelectual, ordenada a la conducta práctica de la vida individual, familiar y social” (véase obra citada en la bibliografía, pág. 579).

¿Por Qué Los Bautistas y Los Protestantes Desechan Los Libros Apócrifos?

¿Por Qué Los Bautistas y Los Protestantes Desechan Los Libros Apócrifos?
 
 
I.  En Qué Consisten Los Libros Apócrifos
El término "apócrifo" se aplica a ciertos escritos religiosos antiguos de dudoso origen y veracidad.  Dichos escritos aparecieron entre el pueblo judío durante sus cautividades en los reinos gentiles, durante el tiempo intermedio entre Malaquías y Mateo.  Es por esto que a menudo se llaman "libros inter-bíblicos".  El término "apócrifo" significa "escondido", e implica duda.
Los libros apócrifos, conforme aparecen en las versiones en el idioma inglés (enteramente o en parte, conforme la lista publicada en la "International Standard Bible Encyclopedia" (Enciclopedia Bíblica Internacional Standard en su edición en inglés), son los siguientes:
 
1)    1 Esdras
2)    2 Esdras
3)    Tobías
4)    Judit
5)    Última Parte de Ester
6)    Sabiduría
7)    Eclesiástico (también llamado "Sirach")
8)    Baruc, con la Epístola de Jeremías
9)    Cántico de los Tres Niños Santos
10)    Historia de Susana
11)    Bel y el Dragón
12)    Oración de Manasés
13)    1 Macabeos
14)    2 Macabeos
 
II.  El Canon De Las Escrituras
En los días de Esdras, por allá en el año 457 A.C., los judíos ortodoxos (inclusive Israel) adoptaron los treinta y nueve libros del Antiguo Testamento como el canon verídico (documentos) de las Sagradas Escrituras.  Nuestro Señor, además de sus discípulos y la iglesia del Nuevo Testamento, todos aceptaron estos libros.  Nuestro Señor y sus apóstoles citaron y aprobaron el Antiguo Testamento en todas sus divisiones: la ley de Moisés, los profetas, y los salmos.  Pero ni Jesús ni ninguno de los apóstoles citaron ni aprobaron ninguno de los libros apócrifos.  Estos fueron adoptados oficialmente por la iglesia católica romana en el Concilio de Trento en al año 1545 D.C., quince siglos después de que nuestro Señor y sus discípulos habían aprobado los escritos del Antiguo y Nuevo Testamento como la guía perfecta para nuestra fe y práctica (2Timoteo 3:16-17).
Las antiguas Biblias "Antiguo Zurich", "Lutero", y "Génova", (publicadas respectivamente en los años 1529, 1535, y 1560) incluyen los libros apócrifos (como de origen dudoso) con el siguiente comentario:
"Los siguientes libros son los incluidos en la lista por los Ancianos entre los escritos bíblicos, que no se encuentran en el canon hebreo.  Es cierto que contienen doctrinas buenas y útiles; pero a la vez es muy correcto que lo que fue dado por el Espíritu Santo, tenga la preeminencia sobre lo que vino por parte de los hombres".
En el año 1545 D.C., el Concilio de Trento (1545-1563 D.C.) (católico-romano), formuló el siguiente decreto:
"Quienquiera que no reciba como sagrados y canónicos a todos estos libros y cada parte de los mismos, conforme comúnmente se da lectura a ellos en la iglesia católica, y están incluidos en la antigua versión Vulgata en latín, o que a sabiendas y deliberadamente desprecie las antes mencionadas tradiciones, sea anatema".
 
III.  Fraudes Y Falsedades Encontrados En Los Libros Apócrifos
Los Bautistas y los Protestantes consideran que los libros apócrifos son espurios, no inspirados, y no dignos de confianza, por su falta de armonía con las enseñanzas de la Biblia.  Por lo tanto, los tienen como falsedades y adiciones al Antiguo y Nuevo Testamento, sobre los cuales incurren la ira y el juicio de Dios (Proverbios 30:6; Apocalipsis 22:18).  Es una táctica vieja de la guerra satánica que: "Lo que no se puede destruir, se le trata de corromper".  Y desde que no logró la destrucción de la Biblia ni de la iglesia durante la edad media (el oscurantismo) mediante el terror y persecución por parte del catolicismo romano, entonces trató de corromper las dos mediante la aceptación obligatoria de los libros apócrifos espurios con todo y sus ritos religiosos y conceptos paganos (Mateo 24:35; 16:18; 28:20; Efesios 3:21).  Los libros apócrifos son sostenidos por los católico romanos como una parte de su guía, porque en ellos pueden "enganchar" la mayor parte de sus enseñanzas idólatras, inclusive las lucrativas "mordidas" a sus feligreses.
Diez doctrinas falsas enseñadas en los libros apócrifos, que son del todo contradictorias a las enseñanzas del Antiguo y Nuevo Testamento, son las siguientes:
A. Que El Suicidio, o Sea Hara-Kiri, Es Honorable
Un caso sangriento dc suicidio (hara-kiri) es contado como cosa elogiable en 2Macabeos 14:41-43, lo cual se lee así:
"Estaba la tropa apunto de apoderarse de la torre de su casa, forzando la puerta de entrada y dada ya la orden de prenderle fuego, Racias, estando para ser apresado, se echó sobre su espada, prefiriendo morir noblemente antes que caer en manos de criminales y recibir ultrajes indignos de su nobleza.  Más como a causa de la precipitación no hubiera acertado a matarse y la tropa invadiera ya la casa, resueltamente corrió al muro y virilmente se arrojó encima de la tropa" (V.N.C).
Esta descripción de la "virtud" del suicidio es básicamente pagana en su concepto, y del todo contradictoria a las enseñanzas de la Biblia, tocante a quitar la vida humana.  El homicidio es condenado en las Escrituras desde Génesis 4:10 hasta Apocalipsis 22:20.  Ninguna persona, conforme a las Escrituras, se justifica más en quitarse su propia vida que en quitar la de otra persona.  Un padre que se suicida, o una madre que se suicida, quitando así la vida del padre o de la madre de sus hijos, es tan culpable de homicidio como lo sería si le quitara la vida del padre o madre de algún niño ajeno.  No hay ni virilidad ni nobleza en el suicidio o hara-kiri.  El suicidio es pecado por parte de cualquier persona mentalmente sana.  Este es uno de los motivos por el cual los bautistas y los protestantes desechan los libros apócrifos por ser espurios, falsos, e indignos de confianza.
B. Que El Incienso Sobre Ascuas de Fuego Echa Fuera Al Diablo Para Siempre
Otro motivo de por qué los bautistas y protestantes desechan los libros apócrifos es por su método "curandero" de recetar una poción, o brebaje, de menudos de pescado, el corazón, el hígado, la hiel, diciendo que esto "ahuyenta todo género de demonios de un hombre o de una mujer, al grado que no se acercan más a ellos".
"Díjole entonces el Ángel: Desentraña ese pez y guarda su corazón y la hiel y el hígado pues son estas cosas necesarias para útiles medicinas.  Hecho lo cual, asó parte de la carne del pez que llevaron para el camino; y salaron el resto para que les sirviese hasta llegar a Rages, ciudad de los Medos.  Entonces Tobías pregunto al Ángel diciendo: Dime te ruego, hermano mío Azarías, ¿para que remedio serán buenas estas partes del pez, que me has mandado guardar? A lo que respondió el Ángel, y le dijo: Si pusieres sobre las brasas un pedacito del corazón del pez, su humo ahuyenta todo género de demonios, sea del hombre, o de la mujer, con tal eficacia que no se acercan más a ellos.  La hiel sirve para untar los ojos que tuvieren alguna mancha o nube; con lo que sanarán" (Tobías 6:5-10, Ver. Torres Amat).
Ni Jesús, ni Pablo, ni ningún otro cristiano neotestamentario jamás hizo uso de, ni siquiera recomendó semejante poción para ninguna clase de mal de ojos, ni para echar fuera a los demonios para siempre (Hechos 3:1-8,16; Marcos 16:17).
Jesús declaró que los demonios habían de ser echados fuera de los hombres en su nombre, pero no en el nombre de un corazón de pescado sobre brasas.  Tampoco afirmó que el susodicho demonio o demonios jamás volverían a ellos.  Este pasaje de un libro apócrifo es una contradicción tan descarada de lo que el Antiguo y el Nuevo Testamento enseñan, que ni los bautistas ni los protestantes pueden aceptarlo como auténtico.
C. Que Los Ángeles Tienen Familias
A pesar de que la Biblia enseña que los ángeles no se casan ni tienen hijos, Tobías relata que Rafael, un ángel de Dios, le dijo que él era hijo de Ananías el grande, y que Tobías le felicitó por eso.  Tocante a esto Tobías 5:15-19 se lee de la siguiente manera (Versión Torres-Amat):
(Hablando a Tobías) "Respondió el Ángel: yo lo llevaré, y te lo volveré a traer acá. Replicóle Tobias:
Dime, te ruego, ¿de qué familia y tribu eres tú?  Y díjole el Ángel Rafael: ¿Buscas tú el linaje del jornalero, o la persona del jornalero que vaya con tu hijo?  Mas por no ponerte en cuidado, yo soy Azarías, hijo de Ananías el grande.  Respondió Tobías: Tu eres de una gran familia. Ruégote que no te ofendas de que haya querido saber tu linaje."
¿Acaso se enseña en al Antiguo o en el Nuevo Testamento que los hombres pueden contratar a los ángeles para trabajar para ellos?  Póngase en contraste esta mentira de Rafael, sancionada por parte de Tobías, con el testimonio de Gabriel (Lucas 1:19; Marcos 12:25).  Los ángeles no se casan ni tienen hijos ni familias.  Este es otro motivo porque los bautistas y protestantes no aceptan los libros apócrifos.
D. Que La Salvación Se Puede Conseguir Por Dar Limosnas
Los libros apócrifos presentan el camino de salvación como un camino de cumplimiento de ritos, aun hasta sostener que en el dar limosnas uno se limpia de sus pecados y se salva para siempre. Tocante esto. Tobías 12:8-9, se lee así (VTA):
"Buena es la oración acompañada del ayuno: y el dar limosna mucho mejor que tener guardados los tesoros de oro. Porque la limosna libra de la muerte, y es la que purga los pecados, y alcanza la misericordia y la vida eterno."
Pero la Biblia enseña que "sin derramamiento de sangre no se hace remisión", y que "la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado" (Hebreos 9:22; 1Juan 1:7,9;2:1-2; 1Pedro 1:18-19).  La limpieza de los pecados se consigue únicamente mediante la sangre de Jesucristo, a través de confesión, no a través de dar limosnas.  Esto es otro error básico encontrado en uno de los libros apócrifos que previene que los bautistas y protestantes los acepten.
E. Que Es Honorable Ser Una Monja
Los católico romanos basan sus afirmaciones a favor de los conventos sobre Judit 8:5-6, donde se lee así (VTA):
"Y en los más alto de su casa se había hecho una vivienda separada, donde estaba recogida con sus criadas; y ceñida de cilicio, ayunaba todos los días de su vida, menos los sábados, y novilunios, y otras festividades de la casa de Israel".
Basándose en esta afirmación el catolicismo romano enseña que el servicio más santo que una joven puede rendir a Cristo es por medio de entrar en lo secreto de un convento, para permanecer allí como una trabajadora-esclava demacrada, todo el resto de su vida para la iglesia.  Cuán diferente es esto a la enseñanza de nuestro Señor de que uno debe ir "por los caminos y por los vallados" testificando por Él (Lucas 14:23; Hechos 1:8).  La Biblia enseña que el matrimonio es honroso en todos, y no hace excepción de las monjas y los sacerdotes (1Timoteo 4:1-3; Hebreos 13:4; 1Corintios 11:13-15).
F. Que El Homicidio Es Honorable
Los libros apócrifos aprueban el homicidio siempre y cuando sea para el adelanto de la causa de los justos.  El catolicismo romano ha tratado de justificar su sangrienta persecución y terror contra los bautistas y protestantes con Judit 9:2, que se lee así (VTA):
"Señor Dios de mi padre Simeón, a quien pusiste la espada en las manos para castigar aquellos extranjeros que por una infame pasión violaron y desfloraron una virgen, llenándola de afrento".
Esta es una falsedad en perjuicio del Señor.  Este no dio la espada a Simeón para destruir a Siquem, ni fue esto aprobado como un acto justo.  Jacob no lo aprobó (Génesis 34:30).  Al contrario, él pronunció una maldición sobre Simeón y Leví por cometer esta crueldad (Génesis 49:5-7).  Pablo escribió lo siguiente: "No paguéis a nadie mal por mal" (Romanos 12:17).  Pero este acto de homicidio por parte de Simeón y Leví fue encomiado por Judit en el libro apócrifo de su nombre, atribuyendo el acto a Dios.  Sin embargo Jacob declaró que fue un acto fiero, de furor, merecedor de una maldición.  Por ser esta una contradicción deslumbrante de la Biblia, los bautistas y los protestantes la desechan junto con todos los libros apócrifos.
G. Que Almas En El Infierno o En El Purgatorio Pueden Tener Esperanza De Salir
Con base en la cita de Sabiduría 3:1-4, el catolicismo romano trata de justificar la doctrina del purgatorio.  Tocante a esto el Diccionario Católico, por Addies y Arnoid, página 702 (cd. en inglés) dice lo siguiente:
"Todas las almas en el purgatorio han muerto en el amor de Dios, y ciertamente estarán en el cielo, pero todavía no tienen suficiente pureza y santidad para ver a Dios, y la misericordia de Dios les proporciona un lugar y tiempo para limpiamiento y preparación".
Sabiduría 3:1-4 se lee así (VTA):
"Las almas, empero, de los justos están en la mano de Dios; y no llegará a ellas el tormento de la muerte eterna.  A los ojos de los insensatos pareció que morían; y su tránsito, o salida del mundo, se miró como una desgracia, y como un aniquilamiento su partida de entre nosotros; mas ellos, a la verdad, reposan en paz.  Y si delante de los hombres han padecido tormentos, su esperanza está llena o segura de la feliz inmortalidad".
La Biblia enseña que no hay lugar para arrepentimiento ni para salvación después de la muerte, y no enseña que las oraciones de otros les puedan ayudar en ese entonces (Hebreos 9:27; Eclesiastés 11:3; Apocalipsis 14:13).
H. Que Dios Haya Aprobado La Historia de Lascivia de Daniel 13
Incluidos en las obras apócrifas hay dos capítulos añadidos al libro de Daniel, posterior a la aprobación del libro por parte de los judíos ortodoxos, y su aceptación por nuestro Señor.  El capítulo 13 es una historia salaz de intriga e intento de seducción de una linda señora llamada Susana por parte de dos ancianos israelitas no identificados.  La historia no tiene paralelo ni en el Antiguo Testamento ni en el Nuevo.  Tampoco existe ninguna certificación de la veracidad de sus afirmaciones.
I. Que Dios Haya Llevado A Habacuc Una Larga Distancia Por Los Cabellos De Su Cabeza
El capítulo 14 (apócrifo) de Daniel afirma que Daniel mató a un "dragón" que era adorado como un dios de los babilonios, confeccionando una poción venenosa de "pez y sebo, y pelos, y cociólo todo junto, e hizo de ellas unas pellas, las que arrojó o la boca del dragón, el cual reventó" (Daniel 14:26, VTA).
Daniel 14:32-36 cuenta una historia fabulosa de cómo un ángel del Señor llevó a Habacuc por los cabellos de su cabeza desde Judea hasta Babilonia, una distancia cerca de 800 kilómetros, con una olla de potaje en sus manos, y le bajó en Babilonia sobre un foso de leones, en donde le dio de comer a Daniel un pedazo de pan y sopa de potaje.  Por ser tan fantástico este relato y tan discordante con el tenor de las Sagradas Escrituras, y por carecer de la sanción de Jesús, de los apóstoles y de las demás Escrituras, tanto los protestantes como los bautistas lo desechan como un fraude pagano.
J. Que Oraciones A Favor De Los Muertos Pueden Sacarlos Del Infierno
2 Macabeos 13:43-46 se lee de la siguiente manera (VTA):
"Y habiendo recogido en una colecta que mandé hacer, doce mil dracmas de plata, las envié a Jerusalén, a fin de que se ofreciese un sacrificio por los pecados de estos difuntos, teniendo, como tenía buenos y religiosos sentimientos acerca de la resurrección: (Pues si no esperara que los que habían muerto habían de resucitar, habría tenido por cosa superflua e inútil el rogar por los difuntos); y porque consideraba que o los que habían muerto después de una vida piadosa, les estaba reservada una grande misericordia.  Es pues, un pensamiento santo y saludable el rogar por los difuntos, a fin de que sean libres de las penas de sus pecados".
La enseñanza de que los hombres en el infierno pueden ser perdonados o librados de sufrimientos mediante las oraciones de sacerdotes a quienes se les pagan honorarios especiales, es errónea y contradictoria a las plenas enseñanzas de la Biblia.  Cuando los hombres van al infierno ninguna suma de dinero ni cantidad de oración jamás puede efectuar su salida.  El estado o condición espiritual de uno en el momento de su muerte permanecerá igual durante toda la eternidad (Eclesiastés 11:3; Apocalipsis 22:11; Hebreos 9:27; Lucas 16:19-31).
Por motivo de que las enseñanzas de los libros apócrifos no están en armonía con la unidad de las enseñanzas doctrinales del Antiguo y Nuevo Testamentos, los bautistas y protestantes no pueden aceptarlos como libros inspirados, los desechan.

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